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  1. ¿Quién soy?

    sábado, 23 de abril de 2011

    Autorretrato... ¿Existe tal opción en el mundo de las palabras? ¿Describirse a uno mismo? Vaya, resulta que se puede plasmar tu identidad en un cuadro. O eso dicen. Creo, aunque los conocidos,y amantes, de la pintura podrán corregirme, que un lienzo no es capaz de definir totalmente como es la persona a la que se inmortaliza. No, no en su totalidad. refleja un instante de esa persona. Normalmente solo en su físico. Sin embargo, unos pocos, los grandes maestros, aquellos que, además de una sensibilidad y una imaginación desbordantes, tienen el don de la pincelada, han sido capaces de expresar el sentimiento del retratado, un ápice de tristeza, una chispa de alegría.Pero, pese a que existen tales manifestaciones de realidad en la pintura, pese a que el autor pueda autoretratarse en acuerdo con las emociones del momento, es imposible, tanto por causas materiales y anatómicas como por motivos psicológicos y más trascendentales, explicar como es una persona en su totalidad, y mucho menos expesar quien eres tu.
    Pero, lo más grave del caso es que, aunque se pudiese esbozar tan siquiera la naturaleza de una persona, por medio de cualquier arte o derivados, tampoco seríamos capaces. No sabemos quienes somos realmente. No nos conocemos. En esta ardua tarea ponemos el empeño de toda una vida, y sostengo firmemente, que nunca llegamos a descifrarnos por completo... Pero, por otro lado, es extraño que persigamos lo inalcanzable (lo inalcanzable, bonita idea a partir de la cual desarrollar una buena entrada, ¿no?). ¿Es posible que alguna mente privilegiada, algun espiritu ''semi'' libre, sea capaz de atisbar algo de lo que es? Sí, algunos verán sus esfuerzos compensados, sabran algo de si mismos, algo que les abrirá el camino a la felicidad.
    Yo, a dia de hoy, busco. Busco y no encuentro. ¿O si? Pistas. ¡Sigo una pista! Curiosamente, tengo certeza de que soy ''yo''. Antes carecía de propia identidad o , más bien, estaba escondida. Salió a la luz, no sin esfuerzo. La recuperé. Me hice con ella, y conmigo se va a quedar ya, no volverá a escapar. Pero, lo que todavía no se, es que consiste el mecanismo de mi persona. Es cuestión de (mucho) tiempo.
    En mis 17 febreros, pues no tengo más, he vivido y me enorgullezco ( a veces con soberbia) cosas importantes. Pues como todos, ¿no? Ya, lo se, pero siento... riqueza en mis años de existencia. He sobrevivido a intensas experiencias, y deseo haberlo hecho honestamente, para que cuando se me planten nuevas dificultades o simplezas, pueda hacerlas frente de nuevo. He aprendido. Y como tú dices, Carlos, de golpe. Supongo que todo adolescente caen un dia en la cuenta de lo ''mucho que ha crecido'', lo ''mucho que ha dejado atrás''. La famosa perdida de la inocencia. Estoy en la edad.
    Pero, también, hay algo de diferente y misterioso en todo esto. ¿No me cuestiono demasiado? En realidad, no. Pero cuando me centro, mi cabeza no parece haber perdido la práctica, funciona rápido... Debería, ''centrarme'' más a menudo, ¿verdad? Volviendo a la cuestión inicial. Se que soy, pero no se quién soy. Soy mujer, soy persona, se lo mucho que eso implica. Creo en la persona. Pero que es eso que contiene mi alma? Cada uno es dueño de algo que nadie más posee. Yo lo soy de algo que no se lo que es, pero que me define, inimagiable para el otro. Y me gusta.
    Yo era, era pequeña, una niña, un camino por delante. Tenia sueños e ilusiones verdaderas. Pero de niña pequeña. Cuando empece a crecer, me engañé. Me han dicho que no quería crecer y, a pesar de que en cierto modo hayan apuntado en la dirección correcta, en algun sentido están muy equivocados. Me engañé, por supuesto, ante el dolor del mundo, pero sobretodo me engañé al creer que jugando a la ''independencia'', la libertad y el ''yo mando aquí'', sería yo misma. Quería aceptación, terminé por no aceptar mi condición de ''niña'' creciendo. Y finalemnte, no acepté quien era, y me convertí en otra.
    Y todo esto sin darme cuenta.
    Pero tuve la suerte de enfermar. Es duro, pero estoy hablando de suerte y enfermedad. Pues sí, si no hubiese enfermado jamás se habría notado el estado de cautividad en el que se encontraba mi alma, mi ser, mi esencia. Lo había dado de lado y, por suerte, repito, cuando uno se aliena, no tiene un pilar sobre el que apoyarse y cae. Yo cai en ''esto''. Me curaron, me curé. Bueno, vale, de nuevo las prisas, aún me están curando y me estoy curando. Y, claro, me estoy haciendo. Por el momento, y ya para terminar, he vuelto a hacerme hueco a mi misma, y sobre esto, esto que ha aprendido tanto en tan poco tiempo y que esta abierto a conocer mucho más, me estoy construyendo.
    Me he despertado, comienza el día, comienza la vida.

  2. Si breve, dos veces corto

    jueves, 14 de abril de 2011

    Debía una entrada que ha caído (de nuevo) en el retraso por motivos mudanciles y otros altercados; pido perdón por el paréntesis. Desengáñese el lector que crea que el tiempo para pensar es proporcional a la calidad de las líneas para no quedar desprotegido ante la realidad. Comenzamos.

    Siguiendo la vía literata que ha pillado el blog y hasta que llegue la musical; que soy más entendido. Hablaré de un pequeño libro que me ha entusiasmado últimamente. Ha caído dos veces en sendas semanas, y si es pequeño es porque tengo una edición de bolsillo. En la revancha llené varias hojas de notas, y muy pocos libros han conseguido hacerme caer en semejante pérdida de tiempo. Si tardé tanto es porque le ha tocado convivir con un par de tochos más a la vez que aún resisten. Never stop. En vacaciones prometo matarles a todos y destriparlos en bandeja de plata.

    Como iba a decir, la novela en cuestión trata de un mundo dominado por el poder. Como ahora pero más exagerado, hasta el punto que los que están dentro no se dan cuenta de nada, obedeciendo ciegamente las órdenes que llegan de arriba. Como ahora. Es un lugar de opresión, desamparo, soledad, y otras maravillas de las que metió Zeus en la caja de Pandora años atrás. Como decía un conocido, consigue que se te acelere la silla mientras te revuelves en el corazón. Me he comido los sinónimos del como.

    1948, de George Orwell, se suma a mis libros de cabecera. Imprescindible releerlo sabiendo la historia completa, el pesimista escritor deja varias perlas interesimprescindibles. Y si la segunda lectura adquiere tintes de obligatoriedad el primer acercamiento conforma una necesidad moral. Un punto de vista que te hace comprender de otro modo la sociedad. Nada vuelve a ser lo mismo. En cierto modo, se pierde la confianza en una inexistente humanidad, pero no quiero aventurar el argumento. Eso se lo dejo a los afortunados -y sabios- que lo decidan.

    Preguntas que se hace un humilde servidor al acabar: ¿Merece la pena una rebelión contra el de arriba? ¿Merecéis que me fie de vosotros? ¿Que os fiéis de mí? ¿Tenemos futuro?... La respuesta es voluntaria, elegid la que queráis sin salir del maniqueísmo. Pero daos cuenta que el "sí" o el "no" serán fijos para las cuatro. La misma respuesta será la de todas las preguntas. La vida es una mierda, lo se. Pero es pronto para suicidarse.

    Si alguien lo quiere lo dejo con compromiso de devolución. Hoy estoy demasiado trastornado como para escribir algo coherente. Ya que estamos adelanto los que caerán en poco: El Capital (Marx), La Riqueza de las Naciones (Adam Smith), NoLogo y La Doctrina del Shock, estos dos últimos de Naomi Klein. Abandonado a la filosofía. Pido ayuda para salir.

  3. El sentido de la originalidad

    domingo, 3 de abril de 2011

    Lo prometido, ¡es deuda! ¿Y cuántas veces habré dicho yo eso? No importa (eso también lo repito a menudo), ahora estoy aquí. Han pasado semanas... semanas de examenes, semanas de no examenes, semanas atareadas y semanas vacias... En cualquier caso, buenas semanas. Sigo en esa especie de trance, bloqueada, adormilada... ¡Pero tan feliz! No esque no tenga preocupaciones, las tengo. Lo que ya no tengo es angustia. No hago tantos planes a largo plazo ni me lamento de todo lo que no me da tiempo a hacer. Se podría decir que por fin nado como pez en el agua, he encontrado la armonía y el equilibrio... I can breath.
    Pero, para que no parezca que mi conciencia está realmente atrofiada (qué importante es guardar las apariencias, ¿eh?), hablaré. Simularé como si el tema atratar me causase algún que otro estrago... Aunque lo cierto sea que lo dejé abandonado hace ya mucho tiempo. En efecto,como siempre, fue un libro mi fuente de inspiración: ¡bendito Poe! Un libro que acabé hace ya un par de meses... que disfruté, que me emocionó, me dio algo en que pensar (menos supeficial de lo que suele ocupar mi mente, me desperto de la embriaguez... durante el rato ( y ni siquiera) en que lo tuve entre mis manos.
    Total, una de las historias cortas del misterioso Poe consiguío absorverme durante un periodo de tiempo mas o menos largo. No recuerdo el titulo (''¿El demonio de lo perverso'' tal vez?), y soy demasiado vaga como para levantarme ahora e ir a buscar el libro.
    Tras un breve parón (¿breve?), continúo.
    Así, quería hablaros de la tendencia al mal, la inexplicable tendencia al mal de los seres humanos. ¿Nunca habéis tenido esa extraña pero tan natural a la vez necesidad de hacer lo contrario a lo que es correcto? Lo opuesto a lo lógico... El mal hecho a sabiendas, aun conociendo las consecuencias... De todo esto podría, como Poe, hablar durante horas, días... (aunque jamás llegaría a la concisión con el que el mismo lo trata en su relato). Aún más podríamos ahondar en la cuestión si os citara alguna que otra de sus frases... Como el hombre es capaz de tirarse por un precipicio sólo por llevar la contraria a la razón. ¿Me quivoco, se equivoca Poe, cuando sostenemos que todos hemos tenido esa sensación? Todas estas reflexiones me llevaron a otra, más ''trascendene''... que también a tantos nos viene a la mente tarde o temprano...
    Esta es precisamene la cuestión: ¿sentimos, pensamos, todos lo mismo? ¿Somos sólo un animal más, que sigue un prototipo, con unos sentimientos muy bien calculados, reacciones ante una realidad igual de bien programada?
    Yo pensaba ser original en mis pensamientos... Creía que tenía el privilegio de chocar con la ''fascinante realidad'' con mas profundidad que otros, tener cierta sensibilidad para mi alrededor... Sí, pensaba que era única, o casi, a la hora de pensar en la naturaleza de la perversidad inexplicable... Que solo algunos podíamos cuestionarnos de manera tan profunda sobre ciertos aspectos de esta.
    Estaba rematadamente equivocada. ¿O no? No es la primera vez que me ocurre, no e sla primera vez que descubro que ''alguien más siente lo mismo''. En algun que otro momento me ha causado cierta satisfacción, como cuando descubrí que había otras personas con mi misma ''enfermedad'', mismos sintomas, mismas dificultades... Pero incluso entonces me daba rabia. Y la verdad es que cualquier otro tema fuera del anterior me causa tal frustración...
    Ahora, para finalizar, la pregunta a la que todos seréis capaces de contestar: ¿alguien más siente lo mismo?